suffectura






¿Parecen algo corpóreo que la niebla lograra borrar en unos instantes... o algo ideado, pensado, y que empezara, de pronto, a tomar cuerpo, a convertirse en piedra? Siempre, por lo demás, se está aquí en una extraña situación, diríamos, de metamorfosis inminente, acechante. Todo aquí parece estar a punto de volverse otra cosa.


 no como algo sin color, sino como algo que lo ha perdido. Es, desde luego, un rostro de una gran perfección, de un gran rigor, de un gran vigor, construido y sostenido por leyes muy rigurosas y vigorosas, pero... terriblemente delicado. En las comisuras de los labios hay como una intimidad que da un poco de sofoco, de sonrojo, y no por el deseo que pudiéramos sentir, sino porque se tiene la sensación de sorprender algo, más que sensual, demasiado íntimo, demasiado propiosuyo en extremo, o mejor, no ya suyo, de ella, sino... para ella.

En la belleza -absoluta, pura- hay algo de... 
inhóspito y como vedado, que ha vuelto siempre loco; se diría que el hombre no ha sabido comprender que la belleza existe, sí, pero no para esto o aquello, ni para nuestro uso, aunque tampoco... inútilmente, vanamente.

Quizá lo que ha querido, de una manera oscura, el hombre, al toparse con la belleza, ha sido más bien... 
borrarla, salir de ella, liberarse, desembarazarse de ella, y no como él ha supuesto siempre con tanta ingenuidad, apropiársela, es decir, poseerla.

"Poseerla" sería, pues, como una sustitución. Pero entonces quizá todo, o casi todo, lo que 
vivimos no sea más que... sustituciones.



no es sólo un lugar, sino una... existencia, y nos hace, armoniosamente, ser personas de esa existencia suya. Porque si le damos tiempo puede empujarnos, enseñarnos a ver, a ser nosotros... en ella, desde ella. Nos ofrece una posibilidad del ser y del vivir; nos da como un... sentimiento de vida, de la vida, un sentimiento nuevo, inesperado -o perdido- de vida.

Porque es, ante todo, un espacio, una concavidad; es la palma de una mano -una mano extendida al aire, a la lluvia, a la luz-; es un refugio abierto, expuesto a la intemperie. y nos regala una forma de estar, del estar, del sentirnos sin apenas movernos, ya que ese punto en donde por casualidad estamos, en donde por casualidad nos encontramos, es como un centro, un centro... suficiente.




Ramón Gaya - Diario de un pintor 
imagen - Rolleiflex. Robert Rauschenberg y Cy Twombly en Venecia. 

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