en el intersticio de sus
palabras, en el espesor de sus relatos, o incluso en el lugar de sus sueños, en
el vacío de sus corazones; en pocas palabras, es la dulzura
recorte, en el espacio que
ocupa, donde realmente vive, donde trabaja, lugares utópicos y, en el tiempo en
que se atarea, momentos ucrónicos.
Esto es lo que quiero decir. No se vive en un espacio neutro y blanco; no se vive, no se muere, no se ama en el rectángulo de una hoja de papel. Se vive, se muere, se ama en un espacio cuadriculado, recortado, abigarrado, con zonas claras y zonas oscuras, diferencias de niveles, escalones, huecos, protuberancias, regiones duras y otras desmenuzables, penetrables, porosas. Están las regiones de pasaje, las calles, los trenes, los metros; están las regiones abiertas del alto transitorio, y después están las regiones cerradas del reposo y de la propia casa. Ahora bien, entre todos esos lugares que se distinguen unos de los otros, hay algunos que son absolutamente distintos:
Esto es lo que quiero decir. No se vive en un espacio neutro y blanco; no se vive, no se muere, no se ama en el rectángulo de una hoja de papel. Se vive, se muere, se ama en un espacio cuadriculado, recortado, abigarrado, con zonas claras y zonas oscuras, diferencias de niveles, escalones, huecos, protuberancias, regiones duras y otras desmenuzables, penetrables, porosas. Están las regiones de pasaje, las calles, los trenes, los metros; están las regiones abiertas del alto transitorio, y después están las regiones cerradas del reposo y de la propia casa. Ahora bien, entre todos esos lugares que se distinguen unos de los otros, hay algunos que son absolutamente distintos:
lugares que se oponen a todos los otros, que
están destinados de algún modo a borrarlos, a compensarlos, a neutralizarlos o a purificarlos.
Son de alguna manera contraespacios. Los niños conocen perfectamente
esas impugnaciones míticas y reales del espacio
donde vivimos.
yuxtaponer en un lugar real varios espacios que normalmente, serían, deberían ser incompatibles. hace suceder sobre el rectángulo de la escena toda una serie de lugares ajenos. una gran escena rectangular en cuyo fondo, sobre un espacio de dos dimensiones, se proyecta un espacio nuevamente de tres dimensiones.
El tradicional jardín persa es
un rectángulo que está dividido en cuatro partes, que representan los cuatro
elementos de que está compuesto el mundo, y en cuyo medio, en el punto de unión
de esos cuatro rectángulos, se encontraba un espacio sagrado: una fuente, un
templo. Y alrededor de ese centro, toda la vegetación ejemplar y perfecta del
mundo debía encontrarse reunida. Ahora bien, si se piensa que los tapices
orientales eran, en el origen, reproducciones de jardines -en el sentido
estricto, "jardines de invierno
El jardín es un tapiz donde el
mundo en su totalidad viene a consumar su perfección simbólica, y el tapiz es
un jardín móvil a través del espacio.
Se ve que todas las bellezas
del mundo vienen a concentrarse en ese espejo. El jardín, desde el fondo de la
Antigüedad, es un lugar de utopía.
ligadas a recortes singulares
de tiempo.
siempre tienen un sistema de
apertura y de cierre que las aísla respecto del espacio circundante.
la idea de constituir un espacio de todos los tiempos, como si ese espacio pudiera estar él mismo definitivamente fuera de todo tiempo
Hay, sin embargo, heterotopías que no están ligadas al tiempo según la modalidad de la eternidad, sino según la modalidad de la fiesta; heterotopías no eternizantes, sino crónicas.
puesto que en vez de servir para acumular el tiempo, sirven al contrario para borrarlo y volver a la desnudez, a la inocencia del primer pecado.
Las heterotopías son la impugnación de todos los otros espacios.
la idea de constituir un espacio de todos los tiempos, como si ese espacio pudiera estar él mismo definitivamente fuera de todo tiempo
Hay, sin embargo, heterotopías que no están ligadas al tiempo según la modalidad de la eternidad, sino según la modalidad de la fiesta; heterotopías no eternizantes, sino crónicas.
puesto que en vez de servir para acumular el tiempo, sirven al contrario para borrarlo y volver a la desnudez, a la inocencia del primer pecado.
Las heterotopías son la impugnación de todos los otros espacios.
a decir verdad, una vez que se está adentro, uno se da cuenta de que es una ilusión y de que se entró a ninguna parte: la heterotopía es un lugar abierto, pero con la propiedad de mantenerlo a uno afuera.
creando una ilusión que denuncia al resto de la realidad como si fuera ilusión, o bien, por el contrario, creando realmente otro espacio real tan perfecto, meticuloso y arreglado cuanto el nuestro está sin orden, indispuesto, confuso.
Y si pensamos que el barco, es un trozo de espacio flotante, un lugar sin lugar, que vive por sí mismo, cerrado sobre sí, libre de un sentido, pero entregado fatalmente al infinito del mar y que, de puerto en puerto va a buscar lo que encubren de más precioso en esos jardines orientales que evocábamos en su momento,
"allí persigo el gran deseo abstracto que a veces se desprende de algunas figuras que nunca llegué a amar."
Michel Foucault
arriba- Frank Lloyd Wright, Steel Cathedral (project) New York, 1926
"El paraíso existe realmente en nuestra memoria arcaica y llega a suceder que, en el lapso de un relámpago, lo recordemos. De ahí la obsesión por ampliar ese relámpago a la dimensión de una consciencia habitable donde se vuelva a poner en marcha la dinámica de la autogénesis. La pérdida de ese paraíso de la prenatalidad donde el uno no falta al otro, la sufrimos como un vertiginoso vacío de memoria.
ResponderEliminarLa apuesta de la escritura poética es cercar ese vacío de memoria inicial, formar un sólo cuerpo con el abismo a fin de que tenga el medio de encontrar sus lenguas."
- Claire Lejeune - El libro de la hermana
"un barco es un instrumento que abarca el mar entero, el viento entero y las estrellas.
ResponderEliminarlas herramientas tienden a asemejarse a figuras geométricas.tratamos de hacerlas indeformables, o con una deformación controlada.
las mismas proporciones por todas las partes reflejadas, son las que permiten leer toda clase de formas."
Simone Weil - cuaderno II