por una acústica del movimiento
«desde la limitación, la posibilidad:
cantaba contra una pared para que no la oyeran,
como si fuera una parte más del cuerpo:
desalojo:
administrar la cifra de esa taquigrafía.
esta profesión de pescador con subtítulos.
atentos a esa mirada-oído,
manera de escuchar que no es intencionada.
aíslas y empiezas a no ver paquetes racionales.
las palabras llegan de lado a bailarlas.
a su vez se va produciendo una carta paralela:
la entrada de –abrázalo – vida, medio.
desde el mundo te vi a medias
a ti de cabeza
supremo abril.
(yo / la nada: vivamos el corte, te suplico):
ahí nace la única voz:
nada depuesto
una nada erguida: sonriamos
voy infinita, en algo iba
puesto, de la nada
en la vista
modo, modo mundo
entrada a ti, infinito corte que sobrevivo
soy ahora, qué? : y ahora, qué?
reconoce? lanzarse supremo
hundía mundo:
a lo que está la cabeza infinita
y mi voz erguida, a todo el foco.
soy, de entrada, irremediable.
un corte de soledad, ¿se podría?
y el cielo en un puño
corazón, el poco que es mío,
está todo el mundo, que sabe.
la única forma: hora infinita: sonriamos
nacer un abrazo, si nueva ahora
irremediable de entrada infinita
dile a todo que está
único corazón si algo reconoce el poco único cuerpo”
“la entrada es difícil:
único cuerpo.
algo infinito es difícil:
ahora es difícil –
no diré irremediable.
el único mundo está:
algo reconoce el abrazo:
el único modo.”
las quietudes y longitudes de un abrazo.
los cuerpos desconocidos
que aparecen, que saben:
el milímetro dentro del centímetro
y ya es la piel del espacio:
el movimiento tiene que oír, tiene que ver.
el silencio da una definición.
o aquí o allí y de repente
ocurra el donde-nunca-estamos:
esos lugares que no valen para nada.
una arquitectura cada infinito
en suspensión
uno se siente más desnudo.
como si al cuerpo le quedase una impregnación:
no hay acción sino un lenguaje secreto.
el volumen de lo que está ausente.
ella
ella, con un lunar
ella, con un lunar, al fondo
ella, con un lunar, al fondo de un paisaje
ella, con un lunar, al fondo de un paisaje, sin perder
el lunar.
se crea una situación
y es ya la acústica de esa situación la que está
funcionando
la parte que no haces tú
sino que escuchas tú.
buscar un final: quedarte con la desnudez
es una cuña introducida en la nada
en la nada pero que agrieta
la realidad contigua, punto
por punto. entra
la respiración, la naturaleza
ResponderEliminarAhora, a lo que da volumen Hugo Mújica desde la flecha en la niebla:
"No le es dado al hombre escuchar el silencio como el silencio debe resonar en sí mismo. Sólo conocemos parcelas de él. Sólo lo escuchamos fragmentariamente.
lo indecible que se susurra silencio.
Silencio despeñado desde otro silencio ; aleteo entre sonidos ; a tumbos, entre ruidos.
Escasa y privilegiadamente, el silencio se deja escuchar como horizonte de las palabras: cuando se termina de leer un poema que no nos lleva a pensar, nos lleva a escuchar la dimensión que lo originó.
silencio, que se escucha apenas un instante (o tal vez el instante sea escuchar al silencio)"
.